Añoranza

Qué difícil es transmitir sentimientos en cuatro líneas. Peor un día como hoy, primer aniversario de tu muerte.

Del mismo modo en que un año atrás, hijas, nietos, hermanos, sobrinos y amigos, nos acurrucábamos entre nosotros con cariño y a fin de pasar el duelo juntos recordándote, hablando de tu vida, el sufrimiento y el adiós, hoy no nos hacía falta volver a llorarte sino, íntimamente reconocer que en nuestro encuentro de familia de una u otra manera también estás presente.

Siempre he oído decir que nunca nadie ha muerto mientras otros le recuerden. Para mí, lo más bonito es como todos tenemos el amor que hacia nosotros desprendías y como de una u otra manera, todos continuamos amándote.

Otra vez, hemos levantado las copas al cielo por ti.

Hemos derramado muchas lágrimas en un año al igual que hemos esbozado muchas de sonrisas recordándote.

De sobras conocías la vertiente artística de cada uno de tus hermanos. Xevi no se quedó sin pintar tu retrato o moldear en barro el recuerdo que él tiene de tu rostro. Tus hermanas, te siguen teniendo como  a su referente y echan en falta tus consejos y risas. Jordi ha cumplido con las promesas que te hizo.

Por mi parte, mis ojos se siguen llenando de lágrimas cuando te recuerdo y al escribirte, tomo conciencia de tu ausencia.

Ya lo ves. Nada es fácil.

A veces, escucho las palabras de aquellos que creen importante los hechos terrenales. No puedo y por tanto no dejo de recordarles que lo más importante en este mundo es la salud de las personas que quieres. Hay que saberlo y darlo a saber.

No sufras por nosotros, no estamos solos, nos sentimos acompañados por ti, del mismo modo que todos queremos transmitir nuestra estima por ti. Cada uno a su manera.

Lo sé. Lo sabemos. Hoy hace un año que hay una estrella más en el firmamento.