Lloret de Mar en defensa de la Costa Brava

Desde hace unos años, los que más queremos la Costa Brava, nos ponemos las manos en la cabeza y lanzamos el grito el cielo al ver las sandeces urbanísticas que nuestros políticos permitieron a nuestras playas, a fin de conseguir más y más turistas.
Con el tiempo, algunos sabemos que los turistas venían a visitarnos por la belleza de nuestras playas, calas, bosques y parajes naturales. No les importaba caminar un poco más, si el lugar era virgen, para ellos, era único. A nuestros padres y abuelos, les pareció que era su oportunidad para mejorar infraestructuras y con ellas, aumentar aún más la afluencia de gente y por lo tanto, ganar dinero poniéndose al servicio del turismo. Quizás sin querer, se vendió y alquiló el patrimonio natural del país creyendo que de esta manera, daban paso al progreso de la industria del turismo, que finalmente, beneficiaba al conjunto del pueblo y por tanto, a todos nosotros. Era la época de las divisas, donde por un franco te daban 20 pesetas.
Conozco muy bien la Costa Brava, la quiero. He vivido en Lloret de Mar, Playa de Aro y Sant Feliu de Guíxols. Me gusta pasearme por Tossa de Mar, Sant Antoni de Calonge, Palamós,, Llafranc, Tamariu, Begur, L'Estartit, L'Escala, Sant Pere Pescador, Roses, Cadaqués y Port de la Selva.
A menudo, su paisaje me recuerda la época del boom del turismo: Rascacielos delante del Mar, que tapan el sol en las playas, sobresalen de las construcciones que tienen alrededor y desdibujan la armonía de los pueblos. Inventos de un u otro Alcalde que se creyó con la necesidad de aumentar el turismo de forma desmesurada o bien, tenía intereses particulares en que estos monstruos dejaran rendimientos económicos a él o los suyos. En todo caso, ni yo, ni muchos de vosotros nunca lo habéis podido entender.
A todos los que amais la belleza natural de la Costa Brava os pido ayuda y reacción para parar una nueva agresión al territorio. Ahora en forma de autopista desde Palafolls hasta Lloret de Mar. A su paso, desaparecerán parajes aún hoy vírgenes, lugares lejos del alcance del turismo y de los que aún hoy podemos disfrutar todos y quizás más adelante nuestros hijos.
Para detener la maquinaria puesta en marcha por el Gobierno, esta vez no podemos creer que sólo los Lloretenses deben actuar. Esta vez es una agresión contra todos los catalanes y entre todos, hay que decir basta.
No estamos de revolución? Defendamos nuestro patrimonio natural a fin de preservar la Costa Brava.
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