Los recuerdos se endulzan en la memória
Incluso los malos recuerdos dejan de causar dolor después de un tiempo. El tiempo nos permite valorar correctamente lo que un día tanto nos afectó. Tendemos a olvidar lo que nos afecta y esconderlo en la parte más oscura de nuestro yo. Si osamos abrir la puerta del armario de los recuerdos, envejecidos, amarillentos, rancios y malolientes, los sentimientos que rodeaban aquellas malas experiencias han perdido peso y nos permite, en ocasiones, decidir que esta vez si, hay que echarlos fuera y dejar espacio para los buenos recuerdos.
Hay quien, a pesar del tiempo transcurrido, dispone de memoria para reproducir una conversación, palabra por palabra. Otros, se quedan con el resultado y muy pocos, ni recuerdan qué provocó alejarse de una persona. En cualquier caso, hoy no recuerda y como si nada hubiera pasado, hablarán y estarán alegres por volver a encontrarse pues, en otro momento, fue importante en su vida.
El rencor es un sentimiento negativo que impide a las personas otorgar una segunda oportunidad.
Cuando se supera el enojo y se ordenan o borran los malos recuerdos, tendemos a olvidar ese capítulo de nuestra vida, minimizarlo o quedarnos con la parte positiva de la experiencia vivida. Si queremos, sabemos cómo asumir y superar los malos tragos, dolores, pérdidas o frustraciones. Nos hacemos fuertes en los conocimientos adquiridos con el paso de los años, fórmula divina que endulza a la memoria y permite levantarnos para volver a empezar y recordar, reconociendo íntimamente, todo aquello que otro día nos quedó en positivo de aquella experiencia: crecimiento personal.
Si te gusta abrir el armario de los recuerdos déjame recomendarte un buen ejercicio, por cada uno de los sentimientos que quieras guardar, busca y tira uno de los más antiguos y podridos, dejando el armario limpio y ordenado, para que siempre dispongas de un espacio para las nuevas vivencias y recuerdos.
Hay quien, a pesar del tiempo transcurrido, dispone de memoria para reproducir una conversación, palabra por palabra. Otros, se quedan con el resultado y muy pocos, ni recuerdan qué provocó alejarse de una persona. En cualquier caso, hoy no recuerda y como si nada hubiera pasado, hablarán y estarán alegres por volver a encontrarse pues, en otro momento, fue importante en su vida.
El rencor es un sentimiento negativo que impide a las personas otorgar una segunda oportunidad.
Cuando se supera el enojo y se ordenan o borran los malos recuerdos, tendemos a olvidar ese capítulo de nuestra vida, minimizarlo o quedarnos con la parte positiva de la experiencia vivida. Si queremos, sabemos cómo asumir y superar los malos tragos, dolores, pérdidas o frustraciones. Nos hacemos fuertes en los conocimientos adquiridos con el paso de los años, fórmula divina que endulza a la memoria y permite levantarnos para volver a empezar y recordar, reconociendo íntimamente, todo aquello que otro día nos quedó en positivo de aquella experiencia: crecimiento personal.
Si te gusta abrir el armario de los recuerdos déjame recomendarte un buen ejercicio, por cada uno de los sentimientos que quieras guardar, busca y tira uno de los más antiguos y podridos, dejando el armario limpio y ordenado, para que siempre dispongas de un espacio para las nuevas vivencias y recuerdos.
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