Escrito y editado por Pep Cassany

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Braguitas

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No te metas en mi cama en bragas si me pides que te respete, mientras lo que quieres, es que te meta caña !!

Así me contaban como son  de complejas las relaciones de pareja a los cuarenta. Mientras que unos ya están de vuelta, en la ida de los demás, con ganas de llevarse todo por delante, aseguran que la relación entre hombre y mujer no puede ser otra que la de pareja. Entre hombre y mujer, no hay amistad que valga.

Si invitas a una mujer a cenar, siempre que acepte, es de suponer que también acepta la posibilidad de que quieras comer "postres", mientras que tú, inconsciente de los pensamientos de una mujer, aunque pienses que el hecho de que acepte cenar contigo es porque aún crees que te queda un largo camino por recorrer antes de seducirla.

Pierdes el tiempo y se lo haces perder. Encantado, asexuado o amanerado. No saben bien bien como calificarte pues, si no les propones una noche de sexo vicio y perdición, tu comportamiento no tiene cabida dentro de sus parámetros y por lo tanto, hay que buscar etiquetas envejecidas y anticuadas para intentar encontrar como calificar esta situación de nuevo.

Las has perdido el respeto. Acabas de dar un golpe bajo a su linea de flotación. Será que no te gustan, que no las encuentras atractivas o que sencillamente, no te provocan lo suficiente para que pagues una cena con final feliz?

Tipos de cena:

1) La hamburguesa del Mc Donalsds, incalificable y por tanto, no apto para volver a quedar con esa persona que te lo propone.

2) Cena de tapas, porque realmente lo que quieres es deshacerte del personaje que te da opción a marchar después de la cerveza y antes no los dejes peor de lo que ha llegado. Aceptas compartir una tapa que acabará pagando él, no sea que encima que no quieres nada con él, te toque pagar la cena a escote.

3) Cena informal que toca pagar a ambos por igual. A saber, le intereso poco para que me toque pagar mi parte, cuando en realidad, ha sido él quien me ha invitado y aún gracias que yo he aceptado y quizás, me hubiera gustado acabar con café y postres. Aunque gracias, a saber, cabe la posibilidad que exista una segunda versión de la cena tipo 4, en ese caso, aceptaré, pero si propone la 1 o la 2, éste está atontado y no me interesa.

4) Me he vestido y arreglado, perfumado y depilado. Hoy triunfo como la Coca Cola. Paga él. Me ha invitado. En el restaurante de hoy se come con tenedor y cuchillo. Hay camareros, atentos, primero, segundo y postre. Café, copa y propina. Hoy sí. ¿Qué quiere este hombre de mí? Que se ha pensado?

Encontramos muchas situaciones distintas. Algunas más divertidas que otras, en todo caso, cada maestrillo tiene su librillo. También podría hablar de dormir en la cama de la amiga, que lo hace en braguitas, con la prohibición expresa esta noche, de pasar a la acción. La respetas y como hombre de bien, piensas si por una noche te quieres perder las posibles doscientas que vendrían más tarde.

Si finalmente no hay una secuela, una segunda parte donde las braguitas ya no lleguen de la cama al sofá, quedas igual que quedarías con la opción 1) de hamburguesa. Ni por ella, ni por ninguna otra, pues tu reputación queda por el suelo y no hace falta que te esfuerces más, pues no habrá recompensa con ninguna otra mujer de aquel grupo y si te descuidas, de otra mujer del grupo que compartías amistad en la red.

O sea, hombres de los cuarenta a los cincuenta, formados por la educación de EGB, a saber, si invitáis a una mujer a cenar y acepta, recordad que espera postre. En cualquier caso, no estan en la carta y por lo tanto, actuad como se espera. Insinúate, esfuérzate y si te dice que sí, sin braguitas de la cama al sofá !!

Buenas noches y tápate!

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