Despierto. Ella me hace sentir. Pleno. Vivo. Enamorado.

En la oscuridad de la madrugada, a ojos cerrados, en mi cama, me acerco y la abrazo. Siento el calor de su cuerpo. Lo había estado deseando.

Mientras se viste, preparo el desayuno. Una taza de leche con chocolate y unas tostaditas con mantequilla y mermelada. Café y su sonrisa al buen día,

A pesar de cruzar la puerta, en unas horas volverá. No ha dormido. Tarde de película, sofá y mantita. Juntos. Empeñados en vivir nuestro momento. Descubrirnos. Deseosos y expectantes.

Serenidad enferma de amor. Ilusión, ganas, deseo, atracción, tranquilidad, alegría, felicidad. Saberme enamorado.

Serenamente enamorado. Seguro de querer dar amor, aprender a recibirlo y compartir. Seguro de querer vivirlo con ella.

Melancólico. Busco al niño que llevo dentro. Me adentro en busca de los poemas musicados que despiertan sentimientos. Sonidos que me acompañan. Palabras surgidas del corazón.

En el camino de vuelta a mi cama, ahora fría, queda entre sábanas el calor latente de la primera noche. Su olor. Mis manos. Cierro los ojos y disfruto recordando su piel. Desnuda.

Despierto. Ella me hace sentir. Pleno. Vivo. Sereno.