Game Over Catalunya

Si un dia podíamos haber sido un país independiente de España, hemos perdido la oportunidad. Como quien dice, se nos ha pasado el arroz. El camino o proceso, ha acabado con el fin.

Para los que habéis seguido este bloguero en otros artículos, no repetiré argumentos. La división entre independentistas de corazón y de bolsillo es la culpable de todos nuestros males. Unos y otros hemos hecho camino juntos hasta ahora, que nos parece ver la luz que parpadea al final del túnel de la crisis y en un acto de legítimo egoísmo, nos hace pensar en que es más importante a corto plazo? la recuperación económica de España o la travesía por el desierto camino de la Cataluña independiente.

No hay duda de que ambos argumentos son poderosos y que en un debate fratricida entre partidarios de las dos corrientes del independentismo, si cada uno defendiera su propia convicción, nadie saldría vencedor y en todo caso, se escenifica la nueva derrota del pueblo de Cataluña .

Mientras el agujero de la crisis se iba ensanchando cada vez había más gente abocada a buscar una solución en el camino a la independencia. Si el Gobierno sólo quiere Cataluña para no perder más peso en relación al resto de Europa, o para no perder ingresos, o sencillamente para continuar la colonización de un territorio con ciudadanos de otras regiones más empobrecidas, muchos catalanes continuaremos creyendo que España no quiere nada más de nosotros.

Somos un territorio conquistado y ocupado. Los siglos han diluido nuestra identidad que, tercamente, algunos queremos preservar. Nuestros argumentos identitarios se convierten en pros y contras del proceso hacia la independencia. Hemos sido, somos y seremos, tierra de acogida y de ello presumimos orgullosamente . Es nuestra voluntad la de integrar a todos y dar cobijo bajo nuestra bandera. Tan es así, que quien fue presidente de la Generalitat definió a los catalanes como a todos aquellos que vivimos y trabajamos en Cataluña. Le faltó decir, que catalán es aquel quien se siente y por lo tanto, a pesar de que uno o otra puede escoger defender su tierra de acogida, difícilmente renunciará a su madre patria.

Ante la aventura de los ilusos que creemos que Cataluña debe convertirse un día, en un país independiente, la realidad particular del individuo. Si bien podemos creer que un bien común es superior al individual, éste pierde fuerza cuando muchos individuos no quieren jugarse su actual o próximo bienestar y el futuro de sus hijos, en enfrentamientos políticos que no domina y que difícilmente pueden ganar. Recuerde la frase del Ministro? "Inventos, en casa y con gaseosa".

Pues aquí termina el proceso. Desgraciadamente, la crisis nos unió y ahora nos volverá a separar. Ha sido bonito mientras duró. A los partidarios del No, no les ha hecho falta confrontarse a los independentistas de bolsillo, estos han sido derrotados por sus propios argumentos, el dinero es el dinero y como buenos catalancitos que son, ahora harán otra vez como las hormiguitas, salir del nido a trabajar y hacer céntimos para guardar y disponer de una alacena llena para la próxima crisis que vendrá.

Game Over Cataluña, la crisis desenchufó la máquina y se acabó el juego. Ahora, a trabajar.