Carta a los Reyes Magos
Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar,
Cuando yo era pequeñito, no había fiesta que me gustara más que la víspera de su día de reyes, pues al día siguiente, aunque había más ilusión que resultados pues al parecer, a pesar de vivir en un primer piso, su escalera sólo era de tres peldaños. Me dijeron que la longitud de las escaleras va por barrios y en el nuestro, os tocaba hacer escalada y por lo tanto, pocas cosas podíais llevar en el saco.
Año tras año y ya son muchos, puntualmente, he sido de los primeros en saludarles. De lejos. Como todos. Apedreado por vuestros caramelos, excepto en los años en que el ayuntamiento les prohibió esta salvajada de repartir caries para todos los niños, eso si, sin importar en este caso, el barrio de donde proveníamos.
Este ha sido un año especial. La lluvia deslució su estancia en el campamento real, aunque por primera vez, la gente asustada por el diluvio universal caido desde el cielo, he podido saludarles en persona.
Caramba Majestades! yo, como le dijo la Rahola al presentarse ante el Borbón Español, mi trabajo de estos años ha sido dejaros sin trabajo, mal que me pese, pues sería mejor que fuerais vosotros los que os dejarais la cartera en cada uno de los "regalitos".
Incienso, oro y mirra, tres presentes de tres reyes todo poderosos para honrar el nacimiento del Dios rey, se ha traducido en consumismo desfasado de todos, para todos, excepto los tres que hayan nacido bajo una estrella. Parece pues, que se ha girado la tortilla, incluso por los catalanes.
Sin embargo, la ilusión de cada año al veros pasar en cabalgata, me hace cantar vuestra canción en espera de que este año sí, os pondréis las pilas y llegareis a todas partes. Ya no necesitáis de escaleras de tres peldaños, pues como indica el anuncio del ascensor de la escalera de mi casa, el 24 era reservado para su competencia y hoy, os lo hemos reservado a vosotros.
Yo que he sido tan buen chico y no dejo de creer en la magia de vuestros actos, me gustaría pediros unos presentes que nos hagan contentos a los "niños grandes" de las familias: Salud y trabajo.
Mi demonio interior me reclama y conscientemente me empuja a pedir de sus Majestades - si pueden- un poco más de su magia: Podrían condedernos un estado propio para Cataluña, sin políticos corruptos ni otros aprovechados?.
Finalmente pedirles repartan Paz y Alegría en todo el mundo y sobre todo, empezando por nuestra casa. Ya se sabe, nadie es profeta en su tierra.
Espero ser merecedor de vuestros presentes y con toda la ilusión y estimación que os profeso, quedo a su disposición por si es necesario, resolver cualquier duda o escuchar sus sugerencias.
Afectuosamente,
Salud y República
Cuando yo era pequeñito, no había fiesta que me gustara más que la víspera de su día de reyes, pues al día siguiente, aunque había más ilusión que resultados pues al parecer, a pesar de vivir en un primer piso, su escalera sólo era de tres peldaños. Me dijeron que la longitud de las escaleras va por barrios y en el nuestro, os tocaba hacer escalada y por lo tanto, pocas cosas podíais llevar en el saco.
Año tras año y ya son muchos, puntualmente, he sido de los primeros en saludarles. De lejos. Como todos. Apedreado por vuestros caramelos, excepto en los años en que el ayuntamiento les prohibió esta salvajada de repartir caries para todos los niños, eso si, sin importar en este caso, el barrio de donde proveníamos.
Este ha sido un año especial. La lluvia deslució su estancia en el campamento real, aunque por primera vez, la gente asustada por el diluvio universal caido desde el cielo, he podido saludarles en persona.
Caramba Majestades! yo, como le dijo la Rahola al presentarse ante el Borbón Español, mi trabajo de estos años ha sido dejaros sin trabajo, mal que me pese, pues sería mejor que fuerais vosotros los que os dejarais la cartera en cada uno de los "regalitos".
Incienso, oro y mirra, tres presentes de tres reyes todo poderosos para honrar el nacimiento del Dios rey, se ha traducido en consumismo desfasado de todos, para todos, excepto los tres que hayan nacido bajo una estrella. Parece pues, que se ha girado la tortilla, incluso por los catalanes.
Sin embargo, la ilusión de cada año al veros pasar en cabalgata, me hace cantar vuestra canción en espera de que este año sí, os pondréis las pilas y llegareis a todas partes. Ya no necesitáis de escaleras de tres peldaños, pues como indica el anuncio del ascensor de la escalera de mi casa, el 24 era reservado para su competencia y hoy, os lo hemos reservado a vosotros.
Yo que he sido tan buen chico y no dejo de creer en la magia de vuestros actos, me gustaría pediros unos presentes que nos hagan contentos a los "niños grandes" de las familias: Salud y trabajo.
Mi demonio interior me reclama y conscientemente me empuja a pedir de sus Majestades - si pueden- un poco más de su magia: Podrían condedernos un estado propio para Cataluña, sin políticos corruptos ni otros aprovechados?.
Finalmente pedirles repartan Paz y Alegría en todo el mundo y sobre todo, empezando por nuestra casa. Ya se sabe, nadie es profeta en su tierra.
Espero ser merecedor de vuestros presentes y con toda la ilusión y estimación que os profeso, quedo a su disposición por si es necesario, resolver cualquier duda o escuchar sus sugerencias.
Afectuosamente,
Salud y República
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