En buena compañia

Hay señores y señoritas que se hacen mayores sin darse cuenta que hay una primera vez para todo. Cuidado con lo que deseas porque los sueños se pueden volver realidad.

El tic tac del reloj biológico se escucha cada vez más y más fuerte, y en una mesa con señores que cree ella, tenemos más de cincuenta, de solteros, pocos y separados o divorciados sin hijos, ninguno. A saber los tumbos que darás en esta vida y que esta noche te ha provocado la cerveza.

Le da igual quedar bien o mal. Si el pisito tiene más de ciento cincuenta metros cuadrados allí podemos montar la primera fiesta. En todo caso, como te vas sola y con siete señores? No sufras, siete contra uno, mierda para cada uno y no por eso te tachan de antisocial.

Quien en la mesa anuncia el mismo estatus social, soltería y edad similar, le falta empuje para luchar por ella, que me comenta, que le gustan los bollicaos y en cualquier caso, los donuts perdidos en la cartera y por tanto, vete a saber, quizás aún debe nacer quien le llene de mariposas. Se examina de química al pretendiente y conociéndolo y observando, la diferencia de elementos que lo diferencia con ella, la explosión está asegurada, si es que un día la bomba detona con el reloj de la cuenta atrás.

Te afectó tanto la cerveza de diez grados o es esta tu manera de reírte de la vida? Se contagia la risa igual que un bostezo, que en todo caso, a pesar de levantarme temprano, todavía no ha surgido por la boca, ninguna queja de resaca ni dedos atrofiados.

Lentamente el tiempo transcurre y en la calle, ningún fumador hace la pausa del café. Puedo perderme detalles para el relato de esta mañana y por tanto, corro hacia dentro para escuchar nuevos consejos de quien la experiencia les ha hecho maestros en el arte de la pesca. Tarde, en todo caso, pido los apuntes a los compañeros de pupitre y pregunto, - que ha dicho el Señor maestro - y me responden que propone cazar las mariposas gracias al lamento y la desgracia que nos permita demostrarnos ante quien fue tachado de sexo débil, como idiotas enfermizos que proponemos canciones románticas y añoramos las caricias del pasado. Ya os digo yo, que para lecciones como éstas es mejor no coger apuntes.

Hay que ir al grano y pagar la cuenta antes no cierren el restaurante. Cortado de Baileys, más vino, cordura, hipotecas y buena compañía.