Azul y verde, vestido de flores.
Azul y verde.
Azul y verde, esmeralda, iluminado por los últimos rayos de sol que mientras cae, se desliza por las rendijas de una nube solitaria alzada sobre el mar mediterráneo, con destino al infinito, guiada por la tramontana.
A dos palmos de mí, la fragancia de su perfume, recorre y salta la distancia para despertar mis sentidos.
Nada es para siempre y disfrutamos del momento. Sin prisas, atraes lo que proyectas y tus palabras me provocan saber más de ti.
Quizás no, quizás no tienes prisa y por lo tanto, me guardo bastante de las tentaciones de mis impulsos, sometidos a las razones del pensamiento y víctima de las vidas vividas. Interiormente, reclamo mi derecho a contradecir con actos, mis palabras, volver a enamorarme y vivir.
Ansioso de explorar y conocer a la mujer que conmigo camina, reprimo la voz de mis demonios que me susurran al oído, "acércate y tómala por la cintura, vive al día".
Y a ti, que te provoca?
Has llegado hasta aquí persiguiendo tu sueño de ensanchar tus horizontes y conocer mundo. Cargada de ilusiones, miedos, desconocimiento y temores, calzado nuevo, afrontas la montaña y disfrutas del camino cuando, desearías detenerte y mirar a tu alrededor, meditar y llenar tus ojos de paisajes como parte de tu bagaje de vida.
El camino se hace corto y aún no te sientes preparada para sentir bajo los pies, desnudos, la hierba pisada por tantos otros a ritmo de salsa cubana.
Aparece la luna, negra noche, cielo estrellado, luces fugaces. Deseos que recorren el cielo.
Azul, verde, vestido de flores.
Azul y verde, esmeralda, iluminado por los últimos rayos de sol que mientras cae, se desliza por las rendijas de una nube solitaria alzada sobre el mar mediterráneo, con destino al infinito, guiada por la tramontana.
A dos palmos de mí, la fragancia de su perfume, recorre y salta la distancia para despertar mis sentidos.
Nada es para siempre y disfrutamos del momento. Sin prisas, atraes lo que proyectas y tus palabras me provocan saber más de ti.
Quizás no, quizás no tienes prisa y por lo tanto, me guardo bastante de las tentaciones de mis impulsos, sometidos a las razones del pensamiento y víctima de las vidas vividas. Interiormente, reclamo mi derecho a contradecir con actos, mis palabras, volver a enamorarme y vivir.
Ansioso de explorar y conocer a la mujer que conmigo camina, reprimo la voz de mis demonios que me susurran al oído, "acércate y tómala por la cintura, vive al día".
Y a ti, que te provoca?
Has llegado hasta aquí persiguiendo tu sueño de ensanchar tus horizontes y conocer mundo. Cargada de ilusiones, miedos, desconocimiento y temores, calzado nuevo, afrontas la montaña y disfrutas del camino cuando, desearías detenerte y mirar a tu alrededor, meditar y llenar tus ojos de paisajes como parte de tu bagaje de vida.
El camino se hace corto y aún no te sientes preparada para sentir bajo los pies, desnudos, la hierba pisada por tantos otros a ritmo de salsa cubana.
Aparece la luna, negra noche, cielo estrellado, luces fugaces. Deseos que recorren el cielo.
Azul, verde, vestido de flores.
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