Escrito y editado por Pep Cassany

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Hijos de puta


Prostitutas. Mujeres honestas



Si los hijos de puta volaran, no verías nunca el sol.

Los hay de todo tipo: políticos, tertulianos, escritores, cantantes, médicos, bomberos, parados, funcionarios, sacerdotes, deportistas, ingenieros, empresarios, compañeros, amigos, familiares, etc. Se encuentran en todas partes y por eso tengo que decirte que, seguro, tú mismo / a has sido calificado de este modo por otros.

Todos los que gozan de una personalidad pública y por tanto, están expuestos al escarnio del público, son a menudo llamados hijos predilectos de madres de dudosa reputación pública. Lo asumen con oficio.

Es cierto que, si no existiera la necesidad primitiva del sexo, nadie utilizaría el servicio que ofrecen los prostitutos y prostitutas y por tanto, desaparecería el oficio. Así, estas personas que se dedican a servir sexo a cambio de dinero, deben ser tratados con el mismo respeto que cualquier otra persona que tenga oficio y beneficio. Vivimos en una sociedad hipócrita. Existen, dan servicio y a cambio, les negamos el título profesional de trabajadores del sexo, la seguridad social, el pago de impuestos en su epígrafe real y los escondemos, sancionamos y exponemos a las críticas de todos.

El único título que les otorgamos es el de madre. La madre de todos los males y sobre todo, madre de las peores personas que conocemos.

Un amigo me dijo, de una puta espera putadas, de un maricón, mariconadas y de un cabrón cabronadas. Así pues, les otorgamos el descalificativo  en función de sus acciones, no por su profesión.

En el lenguaje vulgar o sea, del pueblo, no disponemos de muchos recursos para calificar a la persona en función del grado otorgado a la falta que ha cometido para/con nosotros. Insultamos de hijo de puta genéricamente; grandísimo hijo de puta a la persona que destacó en su acción y  hablaremos de pequeños hijos de puta para referirnos a su altura, edad o por ser aprendices de hijo de puta.

Debemos reconocer a los trabajadores y trabajadoras del sexo su función pública y su honestidad. Cobran por el servicio que proponen y por lo tanto, nadie que les requiere puede decir, ha sido engañado.

Así pues, puede que dejemos de usar "hijo de puta" como insulto, pues si queremos descalificar a una persona por el oficio que ejerce una persona honesta, les estamos regalando un título que no corresponde a su madre y que por tanto , no lo califica como ladrón, asesino, deshonesto o en general, mala persona.

Proponed dos mil formas de insultar, seguro hay para escoger. Ya me contaréis cual usaréis a partir de ahora.

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