Escrito y editado por Pep Cassany

Relatos cortos y artículos de opinión de Pep Cassany

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Vida



Canija. Peluda. Blanca. Deseosa por verme. Le gusta salir de noche y hoy,  Dios qué frío hace! No corre ni un alma por las calles. Las niñas, irán a dormir pronto. Saber que esta noche pasan los reyes magos, les provoca tanta ilusión como para acostarse y levantarse temprano. Cada año me da más pereza. Suerte que no tienen la edad de levantarse y despertarme a las cinco de la madrugada para comprobar si  llegaron sus regalos. Si  hoy lo hicieran, a saber, tal vez aún no habré llegado, ni a la cama.

Esta noche, salgo de fiesta con una amiga. Ya toca. Cuando la perrita y yo lleguemos a casa, seguro que Loli me estará esperando. Jodida perra. A ver si espabila. Con este frío, no quiere enseñar el culo. Un paseo corto y regresamos a casa.

Estoy de suerte. aún no ha llegado. Tengo tiempo de pasar por la ducha y por el taller de reparación. Aunque tengo unos años y pase frio, hoy me pongo la minifalda negra de cuero, medias oscuras y un top escotado. Bien abrigada, del coche hasta el Pub, es un momento. Si quiero lucir tengo que sufrir.

Lo sabía. Medio enjabonada y suena el timbre. Joder ! Las niñas la abrirán y entretendrán. El agua caliente me reconforta y una ducha con prisas no me daria el mismo placer.

Tanto ruido para nada. Ahora, porque gritan?. Se les ha escapado la Vida.

Vida tiene la costumbre de  esperar a quien llega al tercer piso, donde vivo, frente a la puerta del ascensor. Cuando la abren, se lanza sobre quien sea y al parecer hoy, con la mala suerte de quedarse encerrada dentro y al parecer, un vecino en la entrada al edificio, reclamó el ascensor y concurrió, la casualidad de las casualidades.

Las niñas ni se dieron cuenta. Vida, arrancó a correr  y aprovechando que alguien se ha dejado la puerta de la calle ajustada, ha continuado con su escapada.

Donde está mi Vida? Deberíais habernos visto a las cuatro, chillando su nombre por toda la calle. Las niñas, en pijama, abrigo, bufanda y alpargatas y, de nosotras dos, que deberia contaros, vestidas para salir de fiesta y con unos tacones de palmo y medio.

Mañana los vecinos del pueblo se reiran con el chismorreo. Escuchar, a las once de la noche, cuatro locas gritando por la calle "ven aquí Vida", no creo yo que sea lo más habitual. Alguien la ha visto correr calle arriba, en dirección al Ayuntamiento, sin freno ni pausa para mear. Se ha propuesto que me ponga histérica. Con lo relajada que me quedé con la ducha de agua hirviendo ¡ he pasado de los treinta y ocho grados, a dos bajo cero. La humedad de las calles ya está helada y en estas condiciones, no podía prevenirse otro final.

Tengo que creer en el destino? Ciertamente, pedí un deseo para fin de año aunque nunca se ha cumplido. Ahora quizás tendré que tragarme mis palabras. Ha aparecido de la nada con mi Vida entre sus manos. Una sonrisa encantadora, a primera vista, una risa que no he podido calificar de jocosa, aunque si fuera yo quien hubiera visto mi tropiezo, no podría dejar de reírme.

Me preguntará si estoy bien, donde vivo y si me puede acompañar? será necesario que le diga que hoy es noche de fiesta y que no quiero que se vaya ? quédarte conmigo? No supe cómo reaccionar. Soy yo. Vivo aquí. Gracias. No es necesario. Pero por favor, quédate conmigo. Me he enamorado como una tonta.

C'est la vie.

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