Pérdida de memoria social en el Ayuntamiento de Girona

Bona nit mal parits !!

Cuando los actuales gobernantes de la ciudad de Girona eran un poco más jóvenes, se les podía ver disfrutando de las noches de verano. 

Les recuerdo aquí y allá, en pub's, terrazas o carpas, sin otra imagen pública, ni responsabilidad, que aguantar con clase los efectos del alcohol, sin que nadie, salvo ellos mismos, les obligara a acortar la noche.

Si el camarero, a las doce, les hubiera pedido que se levantaran de la silla porque el Ayuntamiento no les permite tener abierta la terraza del bar, ninguno de ellos habría estado de acuerdo.

Estoy convencido que nos hemos convertido en más papistas que el Papa. En concreto, para modernizar nuestra democracia hemos creado normas, leyes y sanciones para quienes las incumplan. Tiempo después, nos damos cuenta que aquellas normas y leyes que publicaron otros, necesitan ser modificadas o re-interpretadas y por ello, sin que nadie se lo pida, nuestros políticos vuelven a redactarlas. Pero como no hay nada perfecto, una vez releídas y publicadas necesitan volver a matizarlas y reescritas. 

Nosotros, ciudadanos de primera, tan preocupados por cumplir las normas escritas por nuestros representantes, bajamos la cabeza y cumplimos lo que nos mandan.

Los que empezamos a tener memoria de juventud, porque ya pasó bastante tiempo de nuestras primeras juergas y no bebimos tanto para olvidar, recordamos como en Girona no había ningún sitio donde salir los fines de semana. Todos -incluidos ustedes- conducíamos coches y motos para ir en dirección a la playa. Éramos tantos, que todas las discotecas a nuestro alcance estaban llenas a rebosar. Conducción, alcohol, inexperiencia y juventud hicieron estragos, por eso se sancionó tanto el consumo de alcohol al volante y se acabó con los desplazamientos y con las fiestas de los gerundenses en la costa. 

Girona, tomó el relevo y aquellos viejos pubs, vacíos y muertos, reencontraron a los clientes y negocio. Se creó un espacio para el ocio de verano instalando las Carpas en la Dehesa. Tardamos un poquito, pero reaccionamos y las descubrimos, aunque ya es sabido que hay que vigilar si se tiene éxito y por lo tanto, eran necesarias normas, normas y más normas. Ah, y sanciones!

Al final, todas estas normas  y más que vinieron y otras que vendrán, llevarán a la juventud a quedarse en casa, los negocios a cerrar y a la ciudad, a volver al gris de su juventud.

Ya me dirán si recuerdan su pasado fiestero, Señores y Señoras Concejalas del Excelentísimo Ayuntamiento de Girona, aunque pensándolo bien, si ustedes ya no salen de fiesta porque se han hecho mayores, dejen al menos que los jóvenes que vienen detrás suya, disfruten de las mismas o mejores oportunidades que tuvimos todos para continuar de juerga.