Repensa: Gadgets, datos y la red
Las oportunidades que la revolución digital da a las ciudades turísticas, según Genís Roca, presidente de Roca & Salvatella y uno de los máximos expertos en revolución digital del país.
Internet, no de tecnología sino de conocimiento. Todo es cuestión de abrirse.
La tecnología es fruto de las necesidades de la sociedad. Si bien en 1995 la web era de las empresas y los procesos, en 2005 se convirtió de las personas, de los móviles y de la reputación online.
En 2015, vuelve a producirse otro avance. La red de los sensores. Para controlar y filtrar datos. Saber que tenemos o falta en la nevera, donde se uno o otro coche o bien, cuantos kilómetros has recorrido haciendo running. Datos, sensores y gadgets que recogen datos. Queremos saber y ser transparentes.
Aunque muchos queremos saber, el acceso a los datos traerá conflicto.
Un claro ejemplo de utilización de los datos es la geolacalitzación de nuestros móviles. Las compañías de teléfono, disponen de la información que transmiten nuestros dispositivos, estén o no en funcionamiento. Conocen, tratan y venden los datos de ubicación, procedencia o tiempo que permanecemos en un u otra zona o calle. Nos da miedo rellenar los datos de un formulario de una página web, pero no nos imaginamos cómo se transmiten determinadas conductas mediante los gadgets que llevamos incorporados.
El marketing o el análisis de los datos transmitidos, recogidas y tratadas, pueden dar a conocer el número de veces que un determinado individuo ha ido al supermercado e incluso, el pasillo y la zona donde se ha detenido.
Las ciudades tecnológicas utilizan en beneficio de todos los datos que se recogen con estos sensores. Si bien en un principio una ciudad como Nueva York utilizaba dispositivos para saber la localización y salud de cada uno de los árboles de la ciudad y con ello, el responsable de parques y jardines podía hacer y prevé mejorar su trabajo, abrir puertas, dar acceso a los datos ha permitido crear nuevas app donde todos, descargándolas en el móvil, podemos conocer la especie, la edad o cualquier dato histórico de aquel árbol.
Flujos de virus que corren de una a otra parte del país. App para ver la evolución, distancia y precauciones a tomar antes de que lleguen donde eres tú.
Internet nos permite verter y disponer de muchos datos propias y ajenas. Los datos no sirven de nada por sí solas. Hay que gestionarlas, analizarlas y usarlas para el fin que han sido recogidos.
Hay que tejer vínculos con todo el que se interese por nosotros y así construir una relación que nos permita conocer más y más de nuestro seguidor.
Internet, no de tecnología sino de conocimiento. Todo es cuestión de abrirse.
La tecnología es fruto de las necesidades de la sociedad. Si bien en 1995 la web era de las empresas y los procesos, en 2005 se convirtió de las personas, de los móviles y de la reputación online.
En 2015, vuelve a producirse otro avance. La red de los sensores. Para controlar y filtrar datos. Saber que tenemos o falta en la nevera, donde se uno o otro coche o bien, cuantos kilómetros has recorrido haciendo running. Datos, sensores y gadgets que recogen datos. Queremos saber y ser transparentes.
Aunque muchos queremos saber, el acceso a los datos traerá conflicto.
Un claro ejemplo de utilización de los datos es la geolacalitzación de nuestros móviles. Las compañías de teléfono, disponen de la información que transmiten nuestros dispositivos, estén o no en funcionamiento. Conocen, tratan y venden los datos de ubicación, procedencia o tiempo que permanecemos en un u otra zona o calle. Nos da miedo rellenar los datos de un formulario de una página web, pero no nos imaginamos cómo se transmiten determinadas conductas mediante los gadgets que llevamos incorporados.
El marketing o el análisis de los datos transmitidos, recogidas y tratadas, pueden dar a conocer el número de veces que un determinado individuo ha ido al supermercado e incluso, el pasillo y la zona donde se ha detenido.
Las ciudades tecnológicas utilizan en beneficio de todos los datos que se recogen con estos sensores. Si bien en un principio una ciudad como Nueva York utilizaba dispositivos para saber la localización y salud de cada uno de los árboles de la ciudad y con ello, el responsable de parques y jardines podía hacer y prevé mejorar su trabajo, abrir puertas, dar acceso a los datos ha permitido crear nuevas app donde todos, descargándolas en el móvil, podemos conocer la especie, la edad o cualquier dato histórico de aquel árbol.
Flujos de virus que corren de una a otra parte del país. App para ver la evolución, distancia y precauciones a tomar antes de que lleguen donde eres tú.
Abrir para dar pie a innovar. Crear.
Internet nos permite verter y disponer de muchos datos propias y ajenas. Los datos no sirven de nada por sí solas. Hay que gestionarlas, analizarlas y usarlas para el fin que han sido recogidos.
Hay que tejer vínculos con todo el que se interese por nosotros y así construir una relación que nos permita conocer más y más de nuestro seguidor.
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