Escrito y editado por Pep Cassany

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Placer

Vendrás, me verás y me darás dos besos.

Podrás tocarme y quizás en un primer momento notaras mi incomodad. Quién sabe. La sonrisa de mis labios quedará eclipsada por la luz que desprenden mis ojos al verte. Nerviosos.

Caminaremos juntos. Hablaremos del viaje o nuestro encuentro. Del tiempo.
Nos sabremos deseosos.

Abrirás la puerta y volverás a dejar las llaves y el abrigo encima de la primera silla que encuentres en tu camino hacia el dormitorio. Me pedirás que me acomode y cuando salgas, lo harás medio desnuda, tapada por el albornoz, braguitas de algodón y calcetines de caña.

Trastearás por la cocina mientras buscas dos copas, pues traeré una botella de vino. Sentando en el sofá, observaré cómo te mueves, excitándome. Percibirás cómo te persigo y te deseo.

Estás sentada cerca de mí y tu albornoz se abre para ofrecer hueco a tus piernas que se acomodan acurrulladas a los cojines del sofá.

Retiro los cabellos de tu rostro para conseguir verte los ojos y acercándote, mientras me hablas, me ofreces tu primer beso de cariño para darle tiempo a nuestros labios a mojarse y por fin, jugar con nuestras lenguas.

En nuestras manos, las copas de vino nos estorban y al unísono, buscamos su lugar en la mesa aunque, soy yo quien se escurre por tu cuello para besarlo, lamerlo y  morderte.  

Cae el vino y mis manos te acercan más a mí. Exprimes mi boca cuando tomo tu pecho y el pezón sale hacia afuera.  Erizaré tu piel y mi boca se acercará lentamente, besaré sus costados y te cogeré de la cintura a la vez, con el pezón en mi boca, escucharé escaparse el primero de tus gemidos.

No me das tregua. Deseas notar mi boca en tus pechos. Sentir como los magreo, los mojo. Coger de mi cabeza y tirar hacia ti para besar mí boca y con fuerza, partirme la camisa que no te permite ver mi piel.

Continuarás besando mi cuello partiendo hacia el infinito. Tu lengua se encontrará con mis pezones y tus manos, desabrocharán hábilmente el cinturón y los botones de mi pantalón. Necesitas espacio para que tu mano entre y deje al descubierto mi sexo, que acabará escondido entre tus pechos. Jugarás con él mientras me miras a los ojos y decides, como empezaras la mamada.

Te levantarás dejando caer tu albornoz. Frente a mí, en pié, te mueves y coges de mi cabeza para acercarla a tu entrepierna – Cómetelo – me suplicarás. Estarás mojada y te molestaran las bragas que, a dentelladas, intentaré dejarlas a un lado para contemplar tu vello púbico.

Cogiéndote por el culo y clavando mi lengua a la entrada de tu sexo, jugaré y buscaré en tus labios el gusto de la miel que me ofreces esa noche. Te tiemblan las piernas al verme a tus pies, con mi lengua clavada en tus adentros. Observarás levantarme y situarme a tu espalda para que mis manos resigan la silueta de tu desnudo y continúen con mil caricias en tus senos. Volviéndote hacia mí, morderás mi boca y mi deseo.

Apoyada con tus manos en el brazo del sofá, reclinándote, dejarás que te mire, me desnude y me arrodille a tu espalda para comerme tu culo. Me provocas.

Notas como mis dedos se adentran por los recovecos de tu sexo, mojado, ansioso de ser penetrados?, ahora sí, se escuchará tu grito anunciando al placer. Sin tiempo a perder, pues si querías conocerme era para follarme, ha llegado la hora a la que tanto te has resistido, por fin, te has decidido a quererme. Empujándome hacia el sofá, caeré y pedirás mi  sumisión. Querrás sentarte encima de mi sexo aunque de espaldas, para no mirarme cuando estirando de mi polla la dirigirás al interior de tu sexo.

Estará mojado. Encima mía y recostada en mi pecho, cual instrumento al uso del músico, aunque amateur, seré capaz de extraer de ti las más dulces melodías.

Lentamente y a veces de forma compulsa, te moverás y desplazarás tu cintura de uno a otro costado, de adelante hacia atrás. Cabalgarás sobre mí para escuchar cómo se escapa un grito que expresa mi deseo. Fóllame !


Sentiré estremecerse tu vagina y en un espasmo mojarme, cerrarás tus piernas sin querer perderte un instante del placer que te provoca ese orgasmo. Te detendrás y quedarás inmóvil. Sofocada. Te acostarás a mi lado sin mirarme. No te vuelvas hacia mí. Quieres y querrás. Más. 

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