Escrito y editado por Pep Cassany

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Deberá existir diálogo después de la ruptura.


Recuperemos la cordura, hablemos, dialoguemos, busquemos soluciones. Se multiplican las voces de aquellos que se ofrecen a moderar el diálogo para que Cataluña y España lleguen a un acuerdo. Llegaron tarde. El pueblo catalán ha hablado en referéndum y, a la pregunta, quiere que Cataluña se constituya como un Estado Independiente en forma de República, mayoritariamente hemos respondido Sí.

Las posiciones de ambos gobiernos (Catalán y Español) están enrocadas. Ninguno de los dos puede moverse de su su razonamiento. El Parlamento debe proclamar la Independencia de Cataluña y el estado Español, debe oponerse haciendo prevalecer la Constitución. Así pues, la confrontación está servida.

Desconociendo como actuará el Gobierno Español, al menos hay tres escenarios posibles: El policial, el militar o quizás, algo parecido a una oferta de modificación de la Constitución Española incorporando el derecho a decidir.

Proclamada la República Catalana, el Gobierno de España puede aplicar el famoso Artículo 155, al mismo tiempo en que el Poder Judicial Español, pedirá la detención de todos los miembros del Gobierno Catalán. La Policia Española nada podrá hacer en el supuesto que el pueblo de Cataluña defienda de manera masiva y pacífica sus Instituciones y consecuentemente, a los líderes Catalanes, aunque esta vez, contanrá con el apoyo de los Mossos de escuadra bajo las órdenes y al amparo de las Leyes de la República Catalana.

Si la represión policial no aporta los resultados deseados, es posible ver tropas militares en las calles de Cataluña, aunque será más una medida de coacción que una amenaza real pues, aquellos estados que utilicen la fuerza militar en contra de su pueblo serán expulsados ​​inmediatamente de la Unión Europea.

Ante la resistencia de posibles ataques y la firmeza de los catalanes en mantenerse fieles a nuestra voluntad de independencia, la comunidad internacional y (se supone) parte de los ciudadanos españoles, presionarán al Gobierno de Mariano Rojoy a negociar una solución al conflicto. Esta vía, implicará pasar nuevamente por las urnas.

Ahora mismo, qué diálogo reclaman las partes en conflicto ?, ¿qué se quiere negociar? España no tiene voluntad de dialogar ni negociar fuera de la Constitución y por el contrario, los catalanes, cuando los españoles quieran, nos sentaremos a hablar, negociar y pactar los términos de la separación amistosa.

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